Dominación y manipulación

Descripción problema

En nuestra vida diaria podemos encontrarnos con personas de carácter dominante y controlador, que nos resultan invasivas y que atentan contra nuestra libertad, autonomía y espacio. A veces se autoerigen de hecho como líderes o “jefes” de otras personas sin que proceda y pueden resultar prepotentes, coartadores, limitadores, agobiantes o autoritarios, pudiendo llegar a ejercer un acoso psicológico. Las personas dominantes tienen a menudo una necesidad de poder y control sobre los demás, aunque en ocasiones pueden mostrarse así por otros motivos, como aprovecharse egoístamente de los demás (ver Abuso y malos tratos, así como Narcisismo) o porque se creen con obligación moral de “llevarlos por el buen camino” (ver Perfeccionismo). A veces las intenciones son buenas, para intentar ayudarnos en nuestra vida, pero otras no lo son tanto.

Soluciones

Para la persona dominadora y/o manipuladora:

(1) Reflexionar sobre nuestra actitud y sus consecuencias negativas, tanto en nosotros mismos como en los demás, desarrollando la empatía.

(2) Escucha activa, lo que implica atender y respetar las opiniones ajenas, sin ser invasivos en nuestras réplicas ni querer imponer nuestra visión del mundo.

(3) Autocontrol emocional, aprendiendo a reprimir nuestro deseo de dar órdenes o hacer comentarios o juicios de valor que pueden no gustar. Ver gestión de las emociones desagradables.

(4) Desarrollar la tolerancia y el respeto hacia los demás, evitando pensamientos distorsionados del tipo “El mundo debería”, “Mis necesidades son más importantes” o “Soy mejor que el resto”. Más información sobre la gestión de los pensamientos desagradables.

(5) Desarrollar unas relaciones satisfactorias y habilidades sociales

Para la persona dominada y/o manipulada:

Para aquellos casos en los que las actitudes dominantes y/o manipuladoras estén motivadas por las buenas intenciones de quien las lleva a cabo o simplemente surjan como parte del carácter de la persona, encontramos las siguientes soluciones:

(1) Hablar de forma directa y clara con la persona

(2) Limitar las confidencias y asuntos personales

(3) Apreciar su interés y preocupación en nosotros, a pesar de que el modo en que actúan no sea el más correcto.

(4) Gestionar emociones como el enfado, el desprecio y el odio.  Más información sobre la gestión de las emociones desagradables.

(5) Guardar una cierta distancia con la persona, si a pesar de nuestras sugerencias la situación se mantiene igual que antes y nos sentimos molestos e incómodos.

Por otra parte, cuando las actitudes dominantes y/o manipuladoras esconden la intención de ofender, dañar o destruir a la otra persona de algún modo, encontramos las siguientes soluciones:

(1) No justificar al manipulador, pensando que sus circunstancias personales son complicadas y que su comportamiento está motivado por ello.

(2) Desarrollar la asertividad, lo que implica negarnos a satisfacer las demandas del manipulador si no queremos hacerlo.

(3) Limitar las confidencias y asuntos personales

(4) Rebatir sus argumentos empleando la lógica y no las emociones

(5) Evitar reacciones emocionales como la agresividad y el llanto

(6) Ignorar a la persona manipuladora, de tal modo que ésta acabe cansándose de su propia actitud, al no obtener los resultados deseados sobre nosotros.

(7) Distanciarse emocionalmente, si la persona no cambia y la situación resulta insostenible.

Recursos útiles en Internet

http://manipulativepeople.net/ (en inglés)

http://www.psicologia-online.com/colaboradores/jc_vicente/index.htm