Eficacia de los servicios psicológicos

En general las personas que han utilizado tratamientos psicológicos opinan que estos son útiles y beneficiosos, y están contentos con los beneficios obtenidos. Por ejemplo, en el estudio a gran escala realizado en EE.UU. por Consumer Reports sobre la eficacia de la terapia psicológica en la práctica clínica real, el 54% consideraba  que la terapia psicológica les había ayudado mucho y el 36%, que les había ayudado algo. Algo similar sucede en España, en la encuesta de Berenguer y Quintanilla en 1994, las personas encuestadas consideran que la intervención del psicólogo les ha sido útil y eficaz: están satisfechos con el trabajo del psicólogo (4’72, sobre 6);  aconsejarían a otras  personas sus servicios (4’93, sobre 6) , consideran que el tratamiento fue eficaz (4’78, sobre 6) y, lo que es más importante, solucionó el motivo de su consulta (4’59, sobre 6). Pero aunque estas opiniones son muy importantes, no es suficiente, sino que es necesaria una evaluación científica de cada tratamiento para establecer su eficacia o su valor real.

No todos los tipos de tratamientos psicológicos han sido sometidos convenientemente a prueba. El más investigado, hasta el momento, ha sido el cognitivo‑conductual. De este enfoque se han derivado tratamientos eficaces para una diversidad de problemas: trastornos de ansiedad, depresión mayor, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de alimentación, drogodependencias, trastornos de conducta en la infancia, control de esfínteres y, en combinación con intervenciones médicas, esquizofrenia, dolor y trastorno de déficit de atención con hiperactividad, segúnla Sociedad Española de Psicología Clínica y dela Salud.

Las terapias psicoanalíticas, psicodinámicas, existenciales-humanistas  y sistémicas no han sido investigadas suficientemente hasta el momento, por lo que no se puede afirmar si son eficaces o no. Los escasos datos disponibles indican la eficacia o posible eficacia de la terapia interpersonal (una intervención ecléctica de tipo psicodinámico y cognitivo‑conductual que busca resolver los problemas interpersonales) para la depresión, bulimia y sobreingesta compulsiva,  y de la terapia psicodinámica breve para la depresión y la dependencia de opiáceos.

En suma, conocer qué tratamientos psicológicos concretos son más efectivos para el problema que nos afecta es fundamental. De ello depende, en gran medida, el éxito de la intervención que se va a recibir. En los últimos años se han llevado a cabo numerosas investigaciones dirigidas a evaluar la eficacia de cada tratamiento específico para los principales problemas psicopatológicos. En general, los tratamientos psicológicos más efectivos tienen objetivos claros, están centrados en la solución de problemas inmediatos, son más bien de corta duración (de2 a6 meses, aunque es mayor en problemas graves o cuando hay varios problemas) y producen una mejoría tras las 8-10 primeras sesiones. Si un tratamiento no tiene unos objetivos claros, se dilata en el tiempo y no se obtienen resultados apreciables (cuando menos parciales) en un período de tiempo razonable, se puede desconfiar de su eficacia.

El Instituto del Bienestar recomienda utilizar para cada problema específico el tipo de tratamiento que según las investigaciones científicas haya demostrado mayor eficacia. Para saber cuáles son esos tratamientos de eficacia probada científicamente se puede hacer clic a continuación para cada tipo de problema específico:

Como podrá apreciarse, la inmensa mayoría de los tratamientos eficaces para los diversos tipos de problemas son la terapia cognitivo-conductual.