Conciencia no focalizada

Entrenar la conciencia no focalizada consiste en observar todo lo que pasa por nuestra mente tal como vaya llegando a ella en cada momento: nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros deseos, los recuerdos, las imágenes mentales que nos vienen de nuestro interior, las imágenes que proceden de nuestro exterior, los sonidos, los aromas, las sensaciones corporales, las zonas de nuestro cuerpo y nuestra mente donde sentimos tensión y en general todo aquello que forme parte de nuestra experiencia y percibamos o notemos. Es como si viésemos una película de lo que sucede en nuestra cabeza y nuestro cuerpo.

Sin duda con frecuencia vendrán pensamientos que no deseamos y sentiremos cosas que no queremos. Todo eso es natural. Simplemente lo observamos y dejamos que pase. También es normal e inevitablemente que sin darnos cuenta dejemos nuestro estado de conciencia no focalizada para quedarnos absorbidos por nuestro pensamiento normal y corriente. Cuando nos demos cuenta de ello, sencillamente observamos lo que ha sucedido y dejamos que pase el pensamiento.

Se trata de aceptar todo lo que sucede en nuestro interior, tanto si nos gusta como si no, con una actitud de no juzgarlo, de paciencia y de dejar ir, siendo observadores del momento presente sin querer mejorarlo, a diferencia de lo que solemos hacer habitualmente. No conviene tener una actitud de esfuerzo para conseguir el objetivo de hacerlo bien, sino de simplemente ser, existir y observar.