Pensamientos agradables orientados al futuro

Es aconsejable que dediquemos más tiempo a pensar en lo positivo presente y pasado que en las cosas positivas que queremos que nos sucedan en el futuro, pero también es bueno para nuestro bienestar que nos focalicemos en lo positivo futuro con optimismo. Para ello, nos conviene hacer dos trabajos: uno a corto plazo y otro a largo plazo.

El trabajo a corto plazo consiste, por un lado, en pensar cada mañana después de levantarnos en cosas que nos gustan que vamos a hacer a lo largo del día de hoy, como comer algo que nos apetezca, hacer en nuestro trabajo algún tipo de tarea con la que disfrutamos, tener algún entretenimiento que nos agrade, hacer nuestro entrenamiento diario para el bienestar o lo que sea, así como planificar y decidir hacer cosas que nos motiven y con las que disfrutamos.

Por otro lado, nos conviene también pensar de vez en cuando en cosas agradables que con una probabilidad alta haremos o nos sucederán en las próximas semanas o en los próximos meses, como visitar un lugar que nos haga ilusión, ver a alguien que nos apetece o lo que sea, así como buscar este tipo de situaciones que nos gustan, planificarlas y organizarlas con antelación y pensar en ellas de vez en cuando.

El trabajo a largo plazo consiste en crearnos una visión del tipo de vida altamente satisfactoria y feliz que queremos para nosotros en un futuro más lejano, dentro de unos años, y pensar en ella de vez en cuando. Concretar esta vida futura en una visión significa construirnos mentalmente una imagen en que nos vemos a nosotros mismos viviendo de esa manera como si fuese en el presente, imaginándonos esa vida soñada y sintiéndola como si fuese realidad en la actualidad. Podemos sentir el placer y la satisfacción que supone vivir de esa forma.

Somos libres de elegir la visión de la vida satisfactoria que queremos tener, aunque para ser felices es conveniente que esté en línea con nuestro bienestar más que con sueños o deseos que no son importantes para nuestra felicidad real. Por ello, en vez de imaginarnos los más ricos, los más guapos o los más poderosos del mundo, nos podemos visualizar al cabo de cierto tiempo habiendo acumulado muchas horas de entrenamiento en nuestro bienestar personal y habiéndonos convertidos en unos expertos en la habilidad de ser feliz y sintiéndonos serenos y felices con una cierta independencia de nuestras circunstancias.

Si queremos conseguir algo es muy conveniente ponerse manos a la obra con mucha perseverancia y para ello necesitamos un tipo de combustible que se llama motivación, ilusión, pasión y optimismo. Al focalizarnos en el resultado positivo que deseamos alcanzar en el futuro y al sentirnos como si ya lo hubiésemos conseguido ello nos motiva a actuar y perseverar. Cuanto más optimismo y fe tengamos en nuestra visión y más la sintamos como si ya estuviese realizada, más motivados estaremos y más perseveraremos hasta conseguirla, pues ya estamos empezando a disfrutar de esa situación positiva y eso nos motiva.

Una vez tengamos clara la visión de vida altamente satisfactoria y cuál es el camino para realizarla, es recomendable que trabajemos y ensayemos todo ello en nuestra mente, a base de visualizarlo, pensar en ello, sentirlo y disfrutarlo. Este tipo de entrenamiento se compone de dos trabajos: hacer afirmaciones positivas y hacer visualizaciones. La primeras consisten en expresar mentalmente con palabras aquello que queremos y las segundas consisten en imágenes de las situaciones que estamos trabajando en hacer realidad, en imaginarlas como si fuesen reales, de la manera lo más vívida posible. Al mismo tiempo, nos conviene mantener nuestro optimismo dentro de la moderación y evitar ser ilusos.