¿Qué es el Bienestar y la Felicidad?

Aunque tanto a nivel coloquial como científico las palabras bienestar y felicidad tienen varios significados con diversos matices según su contexto, cuando los investigadores usan dichos términos les suelen dar el mismo significado a ambos: por un lado quieren decir satisfacción vital (¿en qué medida estoy satisfecho con mi vida en su conjunto?) y por otro lado significan bienestar emocional (¿en qué medida me siento bien la mayor parte de mi tiempo?). Ambas caras de la misma moneda son diferentes, pero están relacionadas.

Definición de Conceptos

Bienestar

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, bienestar es:

  1. m. Conjunto de las cosas necesarias para vivir bien.
  2. m. Vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad.
  3. m. Estado de la persona en el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica.

Bienestar

 

Felicidad

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, felicidad es:

  1. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
  2. Satisfacción, gusto, contento.
Felicidad

¿Cómo se mide el Bienestar y la Felicidad?

Los científicos suelen medir la satisfacción vital mediante cuestionarios que preguntan al individuo sobre en qué medida está satisfecho sobre su vida en general y/o sobre las diferentes áreas de su vida en particular. El bienestar emocional suele medirse mediante preguntas sobre cómo se ha sentido recientemente o cómo se siente en ese momento (en este caso se le pregunta con cierta frecuencia a lo largo del día duran te varios días para hacer un promedio). Como estas respuestas son subjetivas en función de lo que cada individuo decida responder, al bienestar que es medido de esta manera se le denomina bienestar subjetivo.

Existen ciertas formas más objetivas de medir el nivel de bienestar emocional, como el uso de aparatos de resonancia magnética que reflejan gráficamente en qué medida se activan las zonas del cerebro relacionadas con las sensaciones agradables y en qué medida aquellas en asociadas con las sensaciones desagradables.

Otras formas de medición son mediante encefalogramas para observar la actividad eléctrica del cerebro, a través de mediciones del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, del análisis de determinadas sustancias en sangre, de la saliva, de la respuesta galvánica de la piel o de electromiografías para detectar la tensión muscular, todo lo cual permite conocer el grado de tensión y estrés.

Asimismo, una manera objetiva de medir el bienestar emocional es analizando las expresiones faciales y corporales de una persona, ya que suelen ir unidas a determinadas emociones y sensaciones. Sin embargo, aunque estas formas permiten una medición objetiva por una persona diferente al individuo cuyo bienestar se está midiendo, es difícil obtener a partir de ellas una puntuación precisa del grado de bienestar de la persona. 

Principales Componentes del Bienestar y la Felicidad

Satisfacción Vital

La satisfacción vital se refiere a la evaluación que una persona hace de su vida en general. Esto implica reflexionar sobre la calidad de las diferentes áreas de la vida, como las relaciones, el trabajo, y la salud. Los investigadores suelen utilizar cuestionarios que preguntan en qué medida una persona se siente satisfecha con su vida en su conjunto o con aspectos específicos.

Satisfaccion Vital

 

Bienestar Emocional

El bienestar emocional está relacionado con cómo nos sentimos a lo largo del tiempo. Se refiere a nuestra capacidad para experimentar emociones positivas y gestionar las negativas. Este tipo de bienestar se evalúa frecuentemente mediante preguntas sobre el estado de ánimo y las emociones en momentos específicos, lo que ayuda a entender cómo fluctúan nuestras experiencias emocionales.

Bienestar Emocional

 

¿Cómo alcanzar el Bienestar y la Felicidad?

Alcanzar una felicidad o bienestar absoluto, libre de malestar, es casi imposible. Sin embargo, podemos mejorar nuestro bienestar aprendiendo y practicando pautas positivas. Este aprendizaje comienza desde que nacemos; a través de la educación y experiencias en nuestro entorno familiar y social, desarrollamos patrones que influyen en nuestro bienestar o malestar.

La mala noticia es que esos patrones ya aprendidos tienen un gran impacto en nuestro bienestar y suelen estar muy arraigados. La buena noticia es que se pueden modificar aplicando técnicas adecuadas de manera constante.

El primer paso es aprender estos patrones. Como en cualquier habilidad, deporte o profesión, necesitamos adquirir conocimientos para aplicarlos. La clave está en dedicar tiempo y energía al «arte de la felicidad». Se estima que para dominar una habilidad se requieren entre 10.000 y 20.000 horas de práctica, y esto probablemente también aplica a la felicidad.

El entrenamiento en la habilidad de ser feliz consta de 6 partes:

– Entrenar la conciencia … leer más.

– Entrenar los pensamientos … leer más.

– Entrenar las emociones … leer más.

– Entrenar las expresiones corporales … leer más.

– Entrenar las conductas … leer más.

– Entrenar las necesidades … leer más.

Tipos de Bienestar

Bienestar Físico

El bienestar físico se refiere a la salud y el estado físico general de una persona. Incluye factores como la actividad física, la alimentación y el descanso adecuado. Un buen estado de salud es fundamental para lograr un bienestar integral.

Bienestar físico

Bienestar Material

El bienestar material está relacionado con el poder adquisitivo y el nivel de vida. Esto abarca aspectos como el acceso a recursos básicos, vivienda adecuada y seguridad económica, que son esenciales para la tranquilidad y satisfacción personal.

Bienestar material

Bienestar Social

El bienestar social se refiere a los factores que influyen en la calidad de vida de una persona, como la cohesión social, la educación y la salud. Este tipo de bienestar se mide a menudo a través de índices como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que considera aspectos económicos y sociales.

Bienestar social

Estado del Bienestar

El estado del bienestar se refiere a los servicios que un gobierno o una sociedad proporciona para promover el bienestar social. Esto incluye servicios de salud, educación, pensiones, y más, que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Estado del bienestar

Factores que Influyen en la Felicidad

Factores Fuera de Nuestro Control

Nuestra genética juega un papel importante en nuestra felicidad, pero no decisivo. A quien genéticamente está dotado con una personalidad que tiende a estar animado y de buen humor o a la tranquilidad le resulta más fácil ser feliz que a quien no la tiene.

En cambio, las circunstancias personales, como lo guapo o lo rico que somos o el clima del lugar donde vivimos, tienen poca incidencia sobre el nivel de felicidad de la mayoría de personas, tal como han probado diversos estudios científicos, según los cuales menos del 10% de nuestra felicidad depende de dichas circunstancias externas. Si nos toca la lotería o tenemos un accidente ello suele variar nuestro nivel de bienestar temporalmente, pero al cabo de unos meses solemos volver al nivel que teníamos antes de que cambiasen nuestras circunstancias. 

La mala noticia es que no podemos cambiar nuestra genética y que sobre nuestras circunstancias tenemos un control solamente parcial. Si tomamos las decisiones adecuadas y realizamos las acciones convenientes podemos cambiar parte de nuestras circunstancias, como aumentar nuestros ingresos, superar determinados accidentes o cambiar nuestro lugar de residencia, pero algunas circunstancias, como el envejecimiento o ciertas catástrofes naturales, no se pueden evitar.

Situaciones fuera de nuestro control

Factores Dentro de Nuestro Control

La buena noticia es que todo lo anterior no es determinante, ya que tenemos un gran margen de acción y sí podemos desarrollar nuestra habilidad de ser feliz, que consiste en aquellos estilos de pensar, sentir, tener conciencia, comportarnos, expresarnos corporalmente y gestionar nuestras necesidades que nos hacen sentir bien.

A base de práctica podemos cambiar nuestro propio cerebro, desarrollando la activación e incluso el tamaño de las zonas del cerebro relacionadas con el bienestar. Actualmente existe una evidencia científica abrumadora de esa “neuroplasticidad” y de que el cerebro humano cambia continuamente como consecuencia de la experiencia. Estudios con imágenes por resonancia magnética han probado que las personas que tienen muchas horas de entrenamiento en determinadas técnicas para desarrollar la habilidad de ser feliz tienen mucho más activado el córtex prefrontal izquierdo (relacionado con sensaciones agradables) que las personas que no se han entrenado para ello.

Factores dentro de nuestro control

 

¿Qué Opina la Gente sobre la Felicidad?

En la mayoría de los países, cuando se hacen encuestas y se pregunta a la gente qué es lo que más quieren en su vida, coloca la felicidad en el primer lugar en su lista. Luego entonces, si la mayor parte de las personas quieren la felicidad como una de las cosas más importantes, ¿por qué no se dedican a cultivarla de verdad?

Una de las razones es que a veces tenemos ciertas creencias que nos pueden bloquear. Frecuentemente creemos que la felicidad es algo que no depende de nosotros, sino de nuestras circunstancias, que es algo que va por rachas y por tanto no merece la pena hacer nada al respecto o que es algo etéreo y abstracto más que algo concreto que podemos generar con nuestras decisiones y nuestros actos.

Otra creencia es la de que mejorar la felicidad es algo sólo para los que se sienten muy mal, para los que tienen problemas importantes, como una depresión. Pero ello no tiene ningún sentido, ya que casi todas las personas, estén en el nivel de bienestar en el que estén, pueden mejorarlo. Esa creencia es tan absurda como creer que leer libros es sólo para los muy ignorantes, que hacer un Máster para conseguir un trabajo mejor remunerado es sólo para los que son muy pobres, que ir al gimnasio es sólo para los que tienen un pésimo estado físico o que interesarse por los temas de salud es sólo para los que están muy enfermos.

También está la creencia de que aunque en teoría se podría mejorar la felicidad, en la práctica ello es muy complicado. Existen personas que piensan incluso que la vida es dura y es dolor y de que hemos venido al mundo a sufrir y no podemos esperar otra cosa. Hay quien va más allá y cree que no está bien el placer y el disfrute, sino que es necesario tener un cierto espíritu de sacrificio y sufrimiento.

También existe la creencia de que no valemos mucho y por tanto no tenemos derecho a pensar en nosotros mismos o que no merecemos nuestra felicidad y todo lo bueno. Asimismo, con cierta frecuencia tenemos la idea consciente o inconsciente de que ponernos a descubrir lo que sucede dentro de nuestra mente, a identificar nuestras limitaciones y a hacer cambios nosotros mismos y en nuestra vida puede ser en cierto modo algo amenazante.

Otra creencia limitante es pensar que podemos dedicar mucho tiempo a nuestro trabajo, a ver la televisión, a tareas domésticas, al bricolaje o a lo que sea, pero no a entrenarnos para mejorar nuestro bienestar. Es muy limitante, porque nuestras pautas actuales, que en el pasado desarrollamos a base de ponerlas en práctica de forma repetitiva durante mucho tiempo, frecuentemente no se cambian con rapidez, sino que requieren ser entrenadas una y otra vez con perseverancia a lo largo del tiempo.

Pero ninguna de estas creencias tiene ningún tipo de soporte racional y científico, es decir, que son irracionales. Por ello, si tenemos alguna de las creencias anteriores, uno de los primeros pasos que nos convendrá dar para ser más felices será cuestionárnoslas, pues nos pueden impedir dar los primeros pasos hacia mejorar nuestro bienestar. De hecho, la investigación científica ha demostrado que lo bien que nos sentimos depende poco de nuestras circunstancias y mucho de cómo reaccionamos mentalmente frente a ellas y también ha demostrado que podemos cambiar nuestra forma de reaccionar frente a las circunstancias para ser más felices.

Conclusión

El bienestar y la felicidad son esenciales para una vida plena. Mientras la felicidad se refleja en la satisfacción emocional, el bienestar abarca también la salud física, el entorno social y la seguridad material. Entender y equilibrar estos elementos permite alcanzar una mejor calidad de vida, ajustada a los valores y necesidades individuales.

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