Etapas del diagnóstico psicológico

  • Contacto inicial, que puede ocurrir incluso antes de que el paciente acuda a la consulta (por ejemplo, de forma telefónica). Indica quién pide la consulta y a quién tiene que responder el psicodiagnóstico.
  • Entrevista inicial: permite obtener el motivo de consulta (manifiesto y latente), el rapport (relación entre entrevistador y entrevistado) y realizar la planificación de la evaluación, es decir, qué pruebas o tests se van a aplicar al cliente y en qué orden. Esto último es importante, ya que hay distintas evaluaciones para distintas áreas a evaluar. La confección de la batería de tests a aplicar a una persona determinada debe realizarse de acuerdo a lo que se necesita saber de él, lo que va a estar estrechamente ligado a su motivo de consulta. También influye en esto la edad del cliente y el tiempo del que se dispone para realizar el proceso de psicodiagnóstico.
  • Aplicación de la evaluación: administración de tests y otras herramientas diagnósticas.
  • Cierre del proceso y devolución de la información, través de una breve entrevista con el cliente. Es una fase clave y muy necesaria. Lo mínimo que puede darse al cliente, que ha vivido un proceso de auto-exposición en el que ha depositado ansiedades y temores, es una respuesta. Consiste en una explicación estratégica de lo que se encontró en el proceso de evaluación, limitándose a mencionar aquellos aspectos que son de utilidad para el proceso terapéutico. En Psicodiagnóstico Infantil, siempre se debe incluir al niño en la devolución, lo que obliga al psicólogo a adaptar su lenguaje para poder ser comprendido por el mismo. Este proceso de devolución implica la generación de insight y el manejo de la ansiedad del cliente.
  • Análisis de los resultados.
  • Confección y entrega del Informe Psicológico: dirigido al solicitante del proceso de Psicodiagnóstico.

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