Sentimiento de culpa

El sentimiento de culpa suele suceder cuando hemos dañado u ofendido a alguien, cuando hemos fallado o cuando nos hemos equivocado en algo. Para superar esta sensación desagradables podemos hacer dos cosas:

– Racionalizar. Cuando no hemos causado ningún daño (con la excepción de la legítima defensa que sea proporcionada) ni vulnerado ningún derecho y sin embargo nos sentimos culpables, probablemente la causa es que tenemos creencias irracionales de que determinadas conductas son “malas”, “prohibidas” o “no deben hacerse” o bien “buenas”, “de obligado cumplimiento” o que “deben hacerse”. Posiblemente he asimilado esas creencias de mi entorno familiar y social y me las creí como verdades absolutas, pero ¿qué ley universal probada científicamente dice que haya algo deba hacerse o dejarse de hacer? Si me cuestiono esas creencias dejaré de sentirme culpable en situaciones en que no haya hecho ningún daño a nadie (ver gestión de pensamientos desagradables).

Solucionar. Si hemos causado algún daño injustificado a alguien o pisoteado algún derecho, podemos dar gracias al sentimiento de culpa porque nos sirve para tomar conciencia del daño que hemos hecho, pedir disculpas por ello, dejar de hacerlo, intentar subsanar el daño causado, compensar a la víctima de forma justa por los daños y perjuicios sufridos y proponerme no volver a hacerlo en el futuro.

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