Eficacia del Qigong

El Qigong puede ayudar a mejorar la relajación, el bienestar y la felicidad por varias razones. En primer lugar, enseña a respirar correctamente con la parte inferior del vientre. Cuando respiramos de esta forma con frecuencia se activa nuestro sistema linfático, desintoxicando el cuerpo y enviando una suave corriente de oxígeno a los tejidos. La activación del sistema linfático activa automáticamente una respuesta de relajación en todo el cuerpo. Automáticamente nos sentimos equilibrados y bien. El Qigong también activa el sistema linfático sus movimientos.

Por otra parte, el énfasis de Qigong en la relajación interna hace que pasemos de activar el sistema nervioso simpático (asociado con la lucha o huida y nuestra reacción normal de estrés) a activar nuestro sistema parasimpático (asociado con sentimientos de placer y harmonía).

Asimismo, la práctica del Qigong desarrolla la habilidad de estar tranquilo y apreciar el valor de la tranquilidad. El Qigong lo consigue con prácticas meditativas en las que penetramos profundamente dentro de nosotros y usamos nuestra atención para aflojarnos emocional y psíquicamente. A este nivel de práctica del Qigong tiene lugar un nivel de curación, con implicaciones importantes para la gestión del estrés.

Además, el Qigong puede mejorar y en muchos casos mantener la salud al propiciar el ejercicio físico, la relajación, el nivel de oxígeno en sangre y mejorar la flexibilidad, la movilidad y la elasticidad de las articulaciones.

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