Descripción problema
Cuando la frustración no se canaliza adecuadamente se convierte en amargura, que es un sentimiento de profundo descontento con todo y hacia todos, incluido uno mismo. Cuando un individuo se siente continuamente frustrado y amargado puede acabar desarrollando problemas como el estrés, ansiedad, baja autoestima, sensación de indefensión, rabia, ira, envidia hacia los demás, sentimientos de inadecuación, depresión y en casos extremos, pensamientos y actos suicidas.
Un caso especial de este problema es el de la personalidad pasivo-agresiva, donde las estrategias para resolver las emociones conflictivas se basan en un ataque indirecto hacia los demás.
Soluciones
Las principales soluciones son:
(1) Desarrollar la tolerancia y la aceptación
(2) Reducir los niveles de autoexigencia
(3) Aceptar los propios errores y aprender de ellos
(4) Buscar estrategias alternativas a los problemas
(5) Técnicas de relajación, que permiten controlar el estrés y la ansiedad. Algunas técnicas efectivas son la meditación (conciencia no focalizada y conciencia focalizada), la respiración profunda, la relajación mediante afirmaciones y visualizaciones, la relajación muscular progresiva, los estiramientos o el Yoga.
(6) Gestionar los pensamientos desagradables asociados a la frustración y la amargura como por ejemplo “¿Por qué todo me pasa a mí?” o “No puedo esperar tanto”. Más información sobre la gestión de los pensamientos desagradables.
(7) Anticipar las situaciones estresantes
Recursos útiles en Internet
http://www.cepvi.com/articulos/amargarse.shtml
http://www.life-with-confidence.com/frustration.html (en inglés)