Terapia cognitivo-conductual para la depresión

 

 

El pensamiento negativo en la depresión puede ser el resultado de fuentes biológicas (como por ejemplo la depresión endógena), la influencia educacional de padres u otras fuentes. La persona deprimida experimenta pensamientos negativos como más allá de su control. El psicólogo cognitivo-conductual ofrece técnicas para dar al paciente un mayor grado de control sobre el pensamiento negativo corrigiendo «distorsiones cognitivas» o pensamientos distorsionados en un proceso llamado reestructuración cognitiva.

Los pensamientos negativos en la depresión son generalmente acerca de una de tres áreas:

  • Visión negativa de uno mismo

  • Visión negativa del mundo

  • Visión negativa del futuro


Éstos conforman la tríada cognitiva.

Una de las técnicas principales de la terapia cognitivo-conductual es la de las cuatro columnas, donde las tres primeras permiten analizar el proceso por el cual un cliente ha llegado a estar deprimido. La primera columna registra la situación objetiva; en la segunda, el cliente escribe los pensamientos negativos que se le ocurren; la tercera columna registra los sentimientos negativos y las conductas disfuncionales que resultaron de ellos. Los pensamientos negativos de la segunda columna se consideran un puente que conecta la situación con los sentimientos angustiantes. Finalmente, la cuarta columna se emplea para desafiar el pensamiento negativo sobre la base de la evidencia de la experiencia del cliente.