Tristeza

La tristeza es un mecanismo natural e inevitable que sirve para avisarnos de alguna pérdida o carencia y para hacer una pausa y reflexionar, por lo que baja nuestro nivel de energía y entusiasmo, así como nuestro estado de ánimo. Para gestionarla adecuadamente podemos hacer lo siguiente:

Sentir y expresar: cuando estamos tristes por alguna pérdida, nos conviene reservar tiempo para sentir esa tristeza, hasta que cese de forma natural. Conviene también expresarla, comentándolo con alguien, con nosotros mismos o escribiéndolo, e incluso llorar si lo necesitamos, aunque con moderación.

Racionalizar: cuando estamos tristes, frecuentemente nos vienen pensamientos negativos, que no suelen ser objetivos, sino que representan una visión parcial y negativa de la realidad. Cada vez que nos vengan estos pensamientos, en vez de hacerles caso, nos conviene parar para combatirlos con racionalidad (ver gestión de pensamientos desagradables).

Aceptar y tolerar: nos conviene despedirnos y decir adiós a aquello que hemos perdido, con actitud de aceptación, así como tolerar la tristeza y el dolor que me causa.

Solucionar: conviene pararse y reflexionar sobre lo que está pasando, contestando a una serie de preguntas como: ¿está definitivamente perdido o puedo hacer algo todavía por conseguirlo o mantenerlo?, ¿qué puedo hacer?, si está definitivamente perdido, ¿cómo me va a afectar a mi vida y qué cambios me convendrá hacer en la misma?.

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