Justicia (y perdón)

De forma innata muchas veces tenemos una brújula interna que nos dice lo que es justo y lo que no. Podemos tomar conciencia de que la naturaleza nos ha regalado esta brújula interior, apreciarla y valorarla, ya que nos guía muchas veces a la honestidad y a defender de forma adecuada y razonable nuestros derechos y libertades, así como los de los demás. Al mismo tiempo, nos conviene aceptarlo como algo interior y subjetivo y no como una verdad absoluta y universal, evitando el dogmatismo y moderando nuestros juicios, dándonos cuenta de que la naturaleza funciona en base a leyes de causa y efecto y no de “justo” o “injusto” o de “deberías”.

Para estar en paz con nuestra necesidad de justicia es altamente conveniente que valoremos y nos sintamos agradecidos por el nivel de justicia que ya tenemos en nuestra vida. No obstante, a veces suceden situaciones en que sentimos que habido abuso, lo que suele generar la rabia. Si lo consideramos oportuno, podemos hacer algo para que se repare y compense ese daño o injusticia, así como para que no vuelva a suceder en el futuro.  En cualquier caso, nos conviene aceptar y perdonar.

Temas relacionados: